Son paneles totalmente blancos, contienen dibujos igualmente blancos, pero creados por medio de rasgar la superficie de dichos paneles. Siendo este un acto creativo repetitivo y obsesivo. Ahora, la imagen se conforma por cada panel – una imagen contextualizada como fetichista o inadecuada con la percepción de un blanco común – lo cual hace que el espectador al querer ver la imagen en su totalidad deberá de interactuar con la pieza y rodarla, convirtiéndose el mismo en un mecanismo voyeurista por la imagen. La repetición y obsesión se ven parte de todo el mecanismo de interacción pieza- audiencia. (Véase Hyperblanco)